jueves, 3 de julio de 2014

Disposición de un altar Wicca simple en honor al Dios y la Diosa


Posicione dos velas en sus soportes en la parte de atrás del altar. La vela de la izquierda representa la Diosa; la de la derecha, al Dios. Colores son normalmente utilizadas para distinguirlos; una vela roja para el Dios y una verde para honrar la Diosa. Esto concuerda con las asociaciones naturales de la Wicca, pues el verde y el rojo son antiguos colores mágicas conectadas a la vida y a la muerte. Otros colores pueden ser utilizados - amarillo u oro para honrar el Dios, blanco o plata para la Diosa.
Posicione el incensario delante y entre esas velas, y delante de este el plato o la fuente de ofrendas. Un florero con flores de la estación puede también ser añadido, así como
cualesquier objetos personales, como cristales, fósiles y frutas secas.
Para iniciar un ritual simple a los Dioses en su altar, quédese de pie delante de él con
una ofrenda de alguna especie en su mano.
Encienda las velas y el incienso, posicionando la ofrenda dentro del plato o de la fuente, y profiera palabras como estas:

Señora de la Luna, de los mares incesantes y del brotar de tierra,
Señor del Sol y de las criaturas silvestres,
Acepten esta ofrenda que aquí deposito en su homenaje.
Concédanme la sabiduría para percibir su presencia en toda la naturaleza,
Oh antiguos.


De pie, permanezca por algunos minutos mentalizando las deidades y pensando en su creciente relación con ellas. Siéntalas dentro y alrededor de usted. A continuación, extinga las llamas (use sus dedos, un apagador de velas o la lámina de una vela.) No las sople.
Deje que el incienso queme hasta el fin, y vuelva la sus actividades normales.
Si desear, vaya hasta el altar una vez por día en un horario determinado. Puede ser al
levantarse, poco antes de ir a dormir, o después del almuerzo. Encienda las velas, entre en sintonía y en comunión con La Diosa y con El Dios. Esto no es necesario, pero el ritmo constante creado por este ciclo es benéfico y mejorará su relación con las deidades.
Devuelva a la Tierra las ofrendas dejadas en el altar al final de cada día o después de
cada ritual.
Si no pudiera montar un altar permanente, ajústelo cada vez que sentir la necesidad
de usarlo, guardando a continuación los instrumentos.
Si este rito es formal demasiado para su gusto, altérelo o cree su propio.
Cunningham

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